La idea de esta colección era crear una colección de alta moda contemporánea, pero siguiendo las reglas de la alta moda y reinventar la esencia de la marca a través de estas reglas. La colección resulta casi minimalista, sutil y muy personal; se trata de descubrir cada detalle al ser usada. Ver que hay debajo de la superficie; entender que una pieza es más que tela y costuras.

                  

 Una pieza de alta moda es emoción, es las personas que la crean, el lugar y el tiempo donde son imaginadas y donde cobran vida.

 

Esta colección es un homenaje al cuerpo femenino, un homenaje a cada tipo de cuerpo. Trabajando sobre el cuerpo y crear volúmenes y drapeados que dependieran enteramente de la figura y la tela. Haciendo más que nunca piezas únicas que reaccionarán a cada figura, piezas que dependerán enteramente del cuerpo de cada mujer, es por lo que esta colección se vuelve muy personal.

           

Las referencias visuales de esta colección resultan del símil del trabajo de Emili Godes, fotógrafo español de comienzos del siglo XX, pereciente a la corriente de la “nueva objetividad” y el fotógrafo Erwin Blumenfeld, fotógrafo de moda; ambos artistas nos muestran una obra completamente distintas entre sí, sin embargo con un lugar común con tintes de surrealismo, piezas llenas de energía.

       

La máxima de Macario Jiménez siempre ha sido dotar a las mujeres de una pieza que se transforme en un escudo cuando la usan, que las haga reafirmar que son únicas, que son fuertes y pueden ir mas allá de lo establecido.